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El Colibrí y sus aventuras

Hace tiempo el Colibrí, levanto el vuelo al Este de la República Mexicana, arribando en un tiempo de dos horas a la hermosa Mérida, donde tuvo el encuentro con su Quijote y su máquina infernal, no hubo miradas de complicidad, ni que uno corriera hacia los brazos del otro, sencillamente en el momento que cruzaron sus miradas, también hubo un fuerte abrazo y un beso que marco una bella historia.

Rumbo a una aventura

El Colibrí siempre ha volado, pero esta vez sus alas descansarían para emprender un viaje en la máquina infernal al lado de su Quijote, así que con su mochila al hombro, el Colibrí vestido de pantalón negro, blusa verde y chamarra tipo piel negra y botines tomó al Quijote de su espalda y se subió a la máquina.


La bella Mérida, recibió al Colibrí con un clima no tan caluroso, con un cielo azul radiante y con sus historias que contaba el Quijote mientras comían o caminaban por las calles de este hermoso Estado, desde una exposición de bellas figuras de animales hechas con flores de diferentes especies y colores, donde al final del recorrido se encontraba la figura de un Colibrí; siguiendo su caminata hacia el centro donde un museo los esperaba, una chimichanga con queso hasta una nieve de mamey, en donde el Quijote solía ir de niño. Ese primer día fue para nuestro bello Colibrí mágico


Al día siguiente, después de haber bebido el néctar dulce, volvió a emprender un camino en la máquina infernal, pero esta vez todo fue diferente, ahora de mezclilla y con una blusa transparente, el Colibrí vestía como una "byker" para hacer clic con su Quijote que es todo un "byker”, la carretera los esperaba para rodar.


Izamal, Pueblo Mágico de Yucatán, donde hicieron su primera parada, desayunaron ricamente, para luego ir hacia el Convento de San Antonio de Padua, la plaza que se encuentra frente al Convento, para posteriormente subir a la Pirámide de Itzamatul, donde reposaron un poco después de la caminata y para resguardarse en la sombra de un árbol, para así continuar con su rodada hacia el Cenote subterráneo de Chihuan donde el Colibrí disfruto del agua refrescante y transparente, donde compartió con los peces residentes, sin duda un lugar espectacular; el camino continuaba y para sorpresa del Colibrí, su caballero le tenía una aventura así que nuevamente tomaron carretera donde el aire acarició el talle del Colibrí y le hizo abrir sus alas sintiendo esa sensación de libertad que da "rodar", además por el retrovisor veía como el ayer quedaba atrás y enfrente tenía un mundo lleno de oportunidades, el Quijote cumplió un sueño del Colibrí conocer Chichen Itzá (una de las 7 maravillas del mundo), así que cuando llegaron a ese sitio, el Colibrí revoloteó de alegría por estar ahí.


El regreso del Quijote y el Colibrí a la bella Mérida, estuvo acompañado de una rica comida, de una breve pero maravillosa aventura, donde como buen byker, el Quijote bajo de su máquina infernal para ayudar a un hermano de rodada que yacía en la autopista con su motocicleta descompuesta y su esposa, fue ahí donde el Colibrí con una de sus alas prevenía a los automovilistas para que tuvieran precaución y se desviarán para evitar un percance; no hubo más para el Quijote que remolcar a un poblado cercano al hermano byker y a su esposa, mientras que el Colibrí hacía señas a los que venían atrás de ellos, claro que la emoción se apoderó y se sentía una byker, después de esa ardua labor tomaron un descanso en donde el Colibrí extravió una prenda preciada una "bandana", retomaron la carretera y la noche llegó y para el Colibrí el cansancio le pesaba, aun así disfruto del viento y de la carretera que le recordaba la maravillosa libertad.



Colibrí en libertad

Chichen Itzá un lugar mágico

Llegó su último día en Mérida y el Colibrí disfruto de las calles de este sitio, desayunó con quien en su momento fue su líder que además de una charla amena, una comida típica, la compañía fue lo mejor; el Colibrí lucía radiante, su expresión lo decía todo, estaba más que dichosa, aprovecho para sumergirse en la alberca del hotel, descansar y escribir desde su Tintero, mientras llegaba la hora de recibir a su Quijote que había ido a "desfaser entuertos".




Entre música, palabras y quimeras, pasaron la última velada juntos y al ritmo de "All of me" interpretada por John Legend, el Quijote y el Colibrí bailaron talle con talle, susurrando uno al otro la melodía, él pidiendo se quedará, ella expresó no quererse ir, sin embargo, llegó el día y el Colibrí después de una bella noche y de un hasta luego desplego sus alas, para regresar a su ciudad.


El Colibrí continua con su vuelo, mientras que el Quijote sigue rodando en sus caminos, porque sus cielos son diferentes y uno vuela en libertad y el otro vaga en aras de ella en carreteras.



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