Editorial
Tolerancia y Respeto
“El deseo despierta el ansia de poseer y el ansia de poseer despierta instintos asesinos" (de la película Las Cuatro Estaciones de la Vida)
Son dos palabras muy importantes que en nuestro diario vivir hemos perdido, dejamos que la intransigencia y la irreverencia prevalezcan en nuestro comportamiento hacia otras personas, sin saber el daño que no sólo les ocasionamos a éstas, sino también a nosotros mismos.
Como bien dice la frase “cada cabeza es un mundo”, refiriéndose que cada ser, observa al mundo, a las situaciones propias y ajenas desde la perspectiva o el ángulo en donde se encuentra y más aún desde quien es la persona incluyendo sus experiencias vividas.
Nuestras palabras, nuestras acciones que se manifiestan tras un enojo, tras un mal entendido o desde nuestro dolor, son espadas que atraviesan el corazón y que dejan grietas en el alma de quien las recibe y de uno mismo.
¿Cuántas guerras se han llevado a cabo por falta de tolerancia y el respeto, cuántas familias se han destruido entre sí por ello, o bien cuántas amistades se han perdido en el camino por la falta de estos dos valores tan importantes pero olvidados en nuestra sociedad?
Si cada uno de nosotros “seres pensantes” tuviéramos sembrado en nuestro ser, alma y pensamiento dichas palabras, podríamos respetar y apreciar lo que nuestros semejantes manifiestan.
He visto como a través de las redes sociales, con tan solo una publicación que se haga, la persona puede ser agredida de tal forma que en ocasiones, quien es objeto de este comportamiento falto de consideración y paciencia decide retirarse del mundo virtual de las redes sociales, de alejarse físicamente de quienes considera, volviéndose un ser antisocial para no ser lastimado.
Es así como viene a mi mente la frase de una canción “no soy monedita de oro, para caerles bien a todos”, y así es como la vida o nuestras acciones se reflejan en frases, pensamientos y canciones, porque es la única manera que se puede decir “me están jodiendo la vida” como dice el compositor y cantante Ricardo Arjona en la canción del mismo nombre.
Llegar al dialogo sobre lo que no se está de acuerdo es parte importante, pero éste debe incluir la escucha de ambas partes como parte del respeto, el reconocer que cada uno tiene su forma diversa de la situación.
Expresar nuestras inconformidades, desacuerdos, ideas o puntos de vista no tienen por qué llegar a ser parte de una guerra o una enemistad, más bien tienen que ser los puntos de partida para mejorar como seres humanos, como individuos y como parte del conjunto de seres que formamos parte del universo.
Los invito a reflexionar sobre el tema y visiten el Museo Memoria y Tolerancia que se ubica Av. Juárez 8, Cuauhtémoc, Centro, 06010 Ciudad de México, D.F., el cual a través de las exposiciones de grandes genocidios en diferentes salas como son:
El Holocausto
Yugoslavia
Ruanda
Guatemala
Camboya
Darfur
Armenios
Vivimos en un tiempo donde la discriminación, el racismo y la falta de tolerancia están creciendo, vemos desvanecer a la “humanidad”, tomemos acción desde donde estamos, ¿cómo? siendo amables, respetuosos y tolerantes con las personas a nuestro alrededor y con nosotros mismos, difundir la importancia de la tolerancia y la no violencia.
“Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán. Me basta con saber que es un ser humano.”
Walt Whitman
